La Historia de Posada Alpina Ingrid En lo profundo de un bosque de coníferas, en la frontera entre Tlaxco y Chignahuapan, se alza un refugio que ha resistido el paso del tiempo, resguardando historias, memorias y sabores que han trascendido generaciones. La Posada Alpina Ingrid no es solo un hotel, es un testimonio de sueños, migraciones y el amor por la hospitalidad. Todo comenzó en la década de los 80, cuando Melchor, un hombre de raíces españolas, e Ingrid, una mujer de origen alemán, decidieron establecer su hogar en México. Fascinados por la riqueza natural de la región y con el anhelo de crear un espacio acogedor para viajeros, concibieron un encantador chalet al estilo alemán. Un homenaje a su pequeña hija Ingrid y sus raíces. Lo que comenzó como un modesto hospedaje para quienes transitaban la carretera pronto se convirtió en un destino reconocido por su atmósfera cálida y su exquisita gastronomía. La fama del strudel de manzana y lomo estilo alemán traspasó fronteras, atrayendo a visitantes que encontraban en la posada un rincón de Europa en medio de los bosques mexicanos.

Call us, it's toll-free.